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AGUR HAURREN AUZOA (castellano)

octubre 2, 2020 Sarea

23 de septiembre del 2020, el primer punto informativo del auzogune es para contarnos brevemente que el proyecto de Haurren Auzoa no se ejecuta porque los presupuestos se bloquearon por el tema de la pandemia y se han priorizado otros gastos. Es algo entendible con la que está cayendo, lo entenderíamos si fuera esta la única ocasión en la que se retrasa, se desdice lo prometido, se utiliza… Por lo que nos desvinculamos del proyecto, no lo queremos, nos bajamos del carro. Y la concejala nos dice indignada ¿Cómo? ¿No queréis que se haga?

Pues no. Para nosotras es la gota que colma el vaso, y no porque no pensemos que efectivamente hay prioridades de inversión pública en nuestro barrio en esta situación, las ayudas para la rehabilitación de viviendas para el vecindario que mas lo necesita podría ser una de ellas. La principal razón es que nos han agotado. Esta es la verdad, nos han agotado las ganas de participar.

En 2017 varias madres y padres nos enredamos a reflexionar sobre la autonomía de los y las niñas, ese año en Zaharraz Harro invitamos al vecindario a darle una vuelta entre todas. Nos inspiraba el pedagogo Franccesco Tonucci y su libro “La ciudad de los niños”, nosotras empezamos también a soñar con un barrio rico en el tipo de juego, donde poder experimentar, crear, manipular y sobre todo jugar. Pensamos que sería interesante preguntarles a ellos y ellas, saber qué espacio disfrutan mas y sobre todo pensamos, que si desde el inicio creaban un trocito de barrio lo iban a cuidar y mimar. Nos pusimos manos a la obra y vino la oportunidad de presentar la iniciativa al programa Hobetuz del ayuntamiento. Tuvimos debate, algunas veíamos algo mas humilde construido en auzolan, otras veíamos que sin la implicación municipal era muy difícil hacer una transformación de alguna de las plazas… al final tiramos por la segunda opción y emprendimos un camino con el servicio de participación del ayuntamiento. Ganar el Hobetuz del 2017 suponía que el proceso se tenía que llevar acabo el 2018 para que las obras se pudieran ejecutar el 2018-2019, así se presupuestan estas cosas…

Durante el último trimestre del 2017 hicimos asambleas abiertas y nos pusimos a diseñar un proceso participativo con los y las niñas del barrio. Hablamos con Goian, con el Ampa de Ramón Bajo y la dirección del colegio y todos ellos vieron implicarse en la aventura, sonaba fenomenal. Nos pusimos en contacto con Nondik, un grupo de arquitectos que trabaja la arquitectura y la pedagogía en la misma calle de las escuelas y con Txatxilipurdi, una asociación que ha acompañado procesos participativos con la infancia de quienes nos parecía que podíamos aprender. El proceso participativo de Haurren auzoa no fueron cuatro post it y una encuesta.

En marzo del 2018 se hizo un diagnóstico previo de los espacios: La topografía, los límites, la relación con el entorno, el material… Después vinieron las sesiones de observación en los tres espacios que elegimos con los y las niñas de educación infantil: Que espacio se utiliza y cual no, dónde se dan los conflictos, que tipo de juego posibilita a partir de sus características, del número de participantes, del género… Participaron psicomotricistas y antropólogas de barrio de manera voluntaria, que más tarde sistematizaron toda la información de aquellas sesiones.

En abril preparamos ya los talleres participativos para los y las niñas de educación primaria y para ello nos formamos todas las personas que queríamos colaborar como dinamizadoras de los talleres, hablamos de participación, de cultura de la infancia, cómo escuchar y no intervenir demasiado en las propuestas de los y las niñas… Como plantear los talleres, la fase del sueño y la fase del consenso… bueno, pues tenemos todo preparado.

En mayo del 2018 se llevaron a cabo los talleres, participaron 225 personas, niños y niñas de primaria la mayoría, pero también los tutores de Ramon Bajo, jóvenes de Goian… Durante tres días pudieron hablar de los problemas que encontraban en nuestras plazas, de sus sueños de la casa en el árbol que les gustaría, de la tirolina universal o el laberinto… terminaron por consensuar y construir una maqueta para cada plaza.

En junio del 2018, llevamos a cabo la exposición en el centro cívico. Invitamos a proponer mejoras a 37 personas mayores de las residencias Aurora y Arquillos, 20 padres y madres, 36 mujeres de diferentes asociaciones de mujeres, 45 personas del movimiento asociativo del barrio, 14 vecinas de asociaciones de diversidad funcional. Se recogieron todas las aportaciones y con todo ello, se hizo un proyecto final con una propuesta arquitectónica para la plaza Rafa, otra para Martin Ttipia y otra para el parque Etxanobe. Al terminar el curso, presentamos el proyecto públicamente en el barrio y al servicio de participación. Con la lengua afuera, pero con la sensación de haber hecho un buen trabajo.

Empezó el curso 2018-2019 nosotras ya habíamos hecho nuestra parte, y estábamos pensando en la primavera del 2019, si podríamos plantar las plantas del parque o pintar las estructuras con los y las niñas…

Mientras esperábamos a que alguien nos dijera algo, seguíamos presentando nuestro proyecto, en el Auzogune  en concreto en enero del 2019. En marzo del 2019 nos reunimos con técnicos de urbanismo y participación y nos proponen la modificación de una de las plazas en concreto, la plaza Rafa. Sabíamos que nuestro proyecto de los tres espacios era ambicioso y hacemos algunas propuestas al proyecto que nos enseñan.

Empieza el ambiente de elecciones y nos comentan desde participación que se están priorizando otros proyectos. Seguimos esperando. En Julio se vuelven a reunir con nosotras y nos enseñan el proyecto final que recoge algunas de las aportaciones.

Comienza el curso 2019-2020, es imposible que las obras se hagan en este año porque todavía no están ni los pliegos.  La verdad es que la energía del grupo dinamizador empieza a flojear para estas alturas. En octubre del 2019 se vuelve a presentar en el Auzogune. Todavía no sabemos los plazos posibles de la licitación.

Desde la iniciativa queremos hablar de los plazos de la obra y las maneras de participar de los críos y crías, y vemos importante por otra parte informar a las vecinas de la plaza, a la gazte asanblada de gaztetxe y la gente de berakah, son el vecindario cercano.

En noviembre del 2019 El correo publica una noticia con imágenes del proyecto, sin citar a Haurren auzoa y vende el proyecto como parte de “el gran cambio que está por llegar al casco viejo, enmarcándolo dentro de un plan de rehabilitación y bajo el título El Casco Viejo se moderniza”. Tenemos ganas de llorar.

Volvemos a hacer otra reunión con los técnicos de participación, y claro que sí que está fatal enfocada la noticia, que no respeta el proceso participativo, que los tiempos no están siendo los deseados, que a partir de ahora las partidas de hobetuz se van a poder gestionar de una manera mas ágil. A nosotras lo de a partir de ahora la verdad es que nos interesa poco porque nos quedan pocas ganas…

Pero… a todo esto, nuestro proyecto ganó el hobetuz del 2017, la partida presupuestaria era para el 2019 tope. Estamos a punto de acabar el año… Pues nada que volvemos a empezar… a ver si se aprueban los presupuestos para este año 2020.

En marzo del 2020 era la siguiente reunión íbamos a hablar de los pliegos, los plazos… o igual no, quién sabe. Llegó la pandemia, el confinamiento, los muertos, las mascarillas y las distancias, no se crean que nosotras no lo hemos notado. Entendemos que haya gastos prioritarios en estas circunstancias, salud primaria, más profesores, monitores para el comedor, ayudas a la rehabilitación para las viviendas… estas pueden ser unas ideas.

Como explicábamos al principio, la verdad de la buena es que nos han agotado. Queríamos un aprendizaje significativo y así ha sido. No se pueden hacer procesos participativos con la infancia que se alarguen en el tiempo, porque pierden todo el sentido, toda la sensación de participar, de decidir y actuar en consecuencia. No se pueden hacer procesos participativos sin una cultura política de participación, de gestión común de la información y de los plazos, porque sino una parte depende constantemente de la otra, y esta última acaba desilusionada, agotada, sin fuerza.

Por todo esto que os hemos contado, nos desvinculamos de la obra prevista para la plaza Rafa, si se hace no será parte de Haurren auzoa, no será el colofón de un proyecto participativo del barrio. Bajamos nuestras expectativas, para estos años nos conformamos con poder utilizar de forma segura la plaza Rafa, Etxanobe, Martin Ttipia, la plaza Santa Maria, la cancha del Campillo… no queremos plazas espectaculares. Queremos que nuestras hijas e hijos puedan jugar en ellas sin que las atropellen, que puedan merendar en el campillo si llueve y que se puedan cumplir los protocolos de seguridad en todas ellas.

Aquí termina la iniciativa Haurren auzoa, un abrazo y nos vemos en el barrio.